Teléfonos móviles, tabletas, dispositivos para juegos, laptops, computadoras de escritorio y relojes inteligentes pasaron a ser los objetos cotidianos y de uso diario de los más pequeños de la casa. Ellos creen que todos esos productos tecnológicos forman parte de sus juguetes pero desconocen los riesgos a los cuales pueden exponerse. Por ello, siempre es necesario que los utilicen con la supervisión de un adulto.
“En estos tiempos, una de las cuestiones mas complejas del ejercicio de ser padres es regular la relación entre nuestros hijos y la tecnología. Ellos son nativos digitales y, a veces, los que tenemos más de 30 o 40 años, miramos absortos un vínculo que no entendemos. Los niños necesitan nuestra presencia y cuidado, independientemente de que tengan más conocimientos que nosotros de bytes y redes sociales. Los padres tenemos que seguir llevando el timón de la nave familiar”, explicó a Infobae el psicólogo especializado en familia, Alejandro Schujman. “Los chicos se quedan varados en el mundo virtual, que deja de ser un trampolín al mundo real para ser un fin en si mismo”.
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